un sembradío repleto de centeno.
de nuevo obuses, más obuses,
un cañón.
ya no hay centeno para los invadidos;
la guerra avanza y con ella,
olvidas las ganas de ir a la playa,
querer una chica,
quedarte en casa.
tener casa,
besar a tus hijos y amigos.
no enterrar a tu padre siendo un niño.
olvidas las ganas de ir a la playa,
querer una chica,
quedarte en casa.
tener casa,
besar a tus hijos y amigos.
no enterrar a tu padre siendo un niño.
entonces
los ojos brillan hacia el suelo;
un recipiente se hace vaso y sonríes
tu compañero se convierte en familia y sonríes
desear los buenos días convierten al día en un buen día
de 5 minutos y tú y él sonríen
una buena tarde de combate
agarra tu fusil pecho tierra, no dañes, piensa en
un helado de limón, quizá. quítate el casco.
Muere.
lamer un helado es tal vez el gran anhelo
de los que no disparan mientras divagan, mueren y sonríen.
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